lunes, 2 de febrero de 2015

No dejes de orar por tus hijos y familiares

Conozco a líderes cristianos por doquier cuyos hijos se han alejado vagando lejos de Dios.  Recientemente, en México, una hermana recostó su cabeza en mi hombro.  Ella estaba sollozando.  “Hermano John, mis tres hijos no me hablan.  No quieren que les hable de Dios.  Uno de ellos dice que es un ateo.  ¿Podría por favor orar por mí?”

Yo lloré.  Y oré por esa madre con su corazón roto y por sus hijos.

Tu puedes sentir la angustia de aquella hermana mientras lees este devocional.  En caso de que tengas tu corazón roto por uno de los miembros de tu familia cuyo corazón está lejos de Dios, déjame confortarte con estas tres simples preguntas:

1.  ¿Piensas que la rebelión de tu hijo/a es mayor que la voluntad de Dios?  
Dios es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9).

2.  ¿Crees que los pecados de tu hijo/a son más poderosos que la gracia de Dios? 
Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia (Romanos 5:20).

3.  ¿Piensas que el enojo de tu hermano hacia Dios va a exceder en duración al infinito amor y misericordia de Dios?  
Las misericordias de Dios son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22-23) y duran desde la eternidad hasta la eternidad.  Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos (Salmos 103:17).

Nunca está mal llorar.  ¡A menudo está bien!  Incluso Jesús lloró por su pueblo que lo crucificaría (Lucas 19:41).  Mientras lloras por aquellos que amas, permíteme sugerirte con amor lo siguiente:

1.  ¡Nunca, nunca, nunca te rindas!  Nunca dejes de orar por tu hijo, tu hija, tu hermano o hermana o cualquiera de tus familiares que andan vagando sin Dios.  Él contestará tus oraciones (Marcos 11:24).

2.  Nunca dejas de orar por ti mismo.  A través del dolor, Dios quiere que aumentes y purifiques tu fe (Santiago 1:2-4).  Él está preparándote para la incomparable gloria venidera (Romanos 8:18). 

3.  Nunca olvides que Dios también es un padre con el corazón roto.  Desde el principio, su pueblo vagó lejos de Él, se reveló y corrió tras otros dioses.  Tu dolor y lágrimas por tus seres amados te permitirán identificarte más y más con el corazón roto de Dios.  Él quiere que conozcas Su corazón.  Él llora contigo.  ¡Y quiere que sepas que no estás solo!  Nunca.

Mantente animado, Vive en victoria cada día, porque nada hay imposible para Dios (Lc. 1:37).

"Y todos tus hijos serán enseñados  por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos" 
(Is. 54:13).

Tomado de: Instituto Internacional Biblia Thompson - Devocionales

0 comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario aquí...