Isaías 9:6

"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".

Efesios 2:8

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios"

Salmos 19:1

"Los cielos cuentan la gloria de Dios,Y el firmamento anuncia la obra de sus manos."

Juan 6:68

"Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna".

Apocalípsis 1:8

"Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso".

viernes, 30 de agosto de 2013

¿Tienes un buen tesoro en tu corazón?


El tesoro del corazón

Jesucristo enseñó este principio: “Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. (Mateo 12:34-35). Si eres asiduo oidor de cierto tipo de música, bueno sería que te preguntaras qué hay en tu corazón.
La gran mayoría del contenido de la música popular tiene valores anticristianos. Incluso los promueve. Si quieres ser cristiano y alguna vez te has preguntado: “¿Qué tiene de malo oír música mundana?”, mira lo que la Biblia enseña:
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” (1 Juan 2:15-16)
“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Santiago 4:4)
Antes de seleccionar el tipo de música que quieras escuchar, mira dentro de ti pues aquel que traba amistad con el mundo no puede ser amigo de Dios. Por eso la música del mundo es tan atractiva y pegajosa, pues promueve los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida . Nada es casualidad. La gente escucha lo que emana de su propio corazón.

Perder para ganar...



No es un tonto aquel que da lo que no puede retener con tal de ganar lo que no puede perder.


¿Qué es lo que debo “perder” para poder ganar?

Lo que sea que me tenga amarrado, que me hunda, o que nuble mi discernimiento. Cualquier cosa que cambie mi confianza de mi maravilloso Señor a sustitutos vacíos. Cualquier cosa que debilite mi confianza en su suficiencia. Y cualquier cosa que obnubile mi visión o distorsione mi entendimiento del camino.


 - Jim Elliot.

jueves, 29 de agosto de 2013

La fe es total confianza en Dios...


Oswald Chambers

Agosto 29
Sublime intimidad
"Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?", Juan 11:40


Siempre que seas osado en la vida de fe, hallarás en las circunstancias algo que va a contradecir por completo tu fe, desde un punto de vista racional. Pero el sentido común no es fe y la fe no es sentido común. De hecho, son tan diferentes como la vida natural y la espiritual. ¿Puedes confiar en Jesucristo cuando tu sentido común no puede confiar en Él? ¿Puedes lanzarte heroicamente y confiar en las afirmaciones de Jesucristo cuando los hechos de tu vida, según tu sentido común gritan que todo es una mentira? Cuando estás en la cima es fácil decir: “Oh, sí creo que Dios puede hacerlo”. Pero debes descender al valle del endemoniado y enfrentarte con los hechos que se ríen irónicamente de toda tu “fe del monte de la transfiguración” (ver Lucas 9:28-42). 

Cada vez que mentalmente comprendo con claridad mi teología, enfrento algo que la contradice. Tan pronto digo: “Creo que Dios suplirá todas mis necesidades”, mi fe se pone a prueba. ¿Perseveraré mientras mi fe es probada, o retrocederé derrotado cuando mi fuerza y mi visión se agotan?

La fe debe ser puesta a prueba debido a que solamente por medio del conflicto se convierte en una posesión personal. ¿Contra qué se enfrenta tu fe en estos momentos? Existen dos posibilidades: la prueba demuestra que tu fe está bien fundamentada o la acabará. Jesús dijo: "Bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí", Mateo 11:6. La virtud esencial es la confianza en Jesús. Cree firmemente en Él y todo lo que se levante en contra, fortalecerá tu fe. 

Somos probados en la vida de fe hasta el momento de nuestra muerte física, la cual incluso es la última gran prueba. La fe es confianza total en Dios, una confianza que nunca nos permitirá siquiera imaginar que Él nos desamparará.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Música de demonios en la casa de Dios...¿eres parte de este circo?

Este es un vídeo que muestra una realidad enorme dentro del movimiento pseudocristiano y la cual arrastra a un número muy grande de personas que se dicen cristianas. Todo esto sucede por una simple cosa: no hay conocimiento de la Palabra de Dios, no hay discernimiento en las personas, como dice el profeta Isaías: "..no les ha amanecido..".

Quiera Dios que las personas reaccionen y se vuelvan a Dios, a quien sea la gloria, la honra, la alabanza y el poder.



Seamos en verdad pobres de espíritu...


Oswald Chambers
Agosto 21
El ministerio de los inadvertidos
"Bienaventurados los pobres en espíritu", Mateo 5:3

El Nuevo Testamento repara en elementos que desde nuestro punto de vista no parecen tener la importancia. Bienaventurados los pobres en espíritu significa literalmente: “Benditos los indigentes”. ¡Algo excesivamente común! La predicación actual tiende a hacer énfasis en la fuerza de voluntad o en la belleza del carácter de una persona; es decir, en lo que se nota con facilidad. 
La frase que oímos con tanta frecuencia: “Decídete por Cristo”, resalta algo en lo cual nuestro Señor nunca confió. Nunca nos pide que nos decidamos por Él, sino que nos rindamos a Él, un asunto muy diferente. En la base del reino de Jesucristo está la hermosura genuina de quienes son comunes y corrientes. En lo que yo soy bendecido es en mi pobreza. Si no tengo fuerza de voluntad ni soy noble en mi naturaleza, entonces Jesús me dice: “Bendito eres porque debido a tu pobreza puedes entrar en mi reino”. No puedo entrar por mi propia bondad. Sólo puedo entrar como un indigente.
Nosotros nunca somos conscientes en nuestra vida de la verdadera hermosura de carácter que cuenta para Dios. Ejercer una influencia deliberada implica que me estoy apoyando en mi propia bondad, lo cual es contrario a ser cristiano. Cuando me pregunto si seré de alguna utilidad para Dios, enseguida pierdo la belleza y frescura del toque del Señor. "El que cree en mí... de su interior brotarán ríos de agua viva", Juan 7:38. Si examino el agua que corre, pierdo el toque del Señor.
¿Quiénes son los que han influido más en nosotros? Con seguridad no quienes pensaban que lo hacían, sino aquellos que no tenían ni la más remota idea de que lo estaban haciendo. En la vida cristiana la influencia espiritual nunca se ejerce de manera consciente. Si lo hacemos, entonces perdemos la hermosura genuina que caracteriza al toque de Jesús. Siempre sabemos cuando Él está obrando porque hace de lo común y corriente algo inspirador.

sábado, 17 de agosto de 2013

Un Dios de consolación...


"Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice nuestro Dios."(Isaías 40: 1)
 ABASTECETE de consuelo. Esta era la misión del profeta. El mundo está lleno de corazones afligidos, y antes de que puedas ser útil para este sublime ministerio debes de estar entrenado.
Tu entrenamiento será muy costoso, porque para que sea perfecto, tú también debes pasar por las mismas aflicciones que están oprimiendo a innumerables corazones con lágrimas y sangre.
Así que tu propia vida tiene que convertirse en una sala de hospital, donde se te enseñará el arte Divino del consuelo. Tú estás herido, para que al vendarte el Gran Médico puedas aprender a ayudar al herido en todas partes.
 Te preguntas el por qué estás atravesando por alguna aflicción especial?
Espera que pasen diez años y encontrarás a otros muchos afligidos como tú. Entonces, en verdad podrás decirles cómo has sufrido y has sido consolado, y revelarles la historia de cómo Dios en una ocasión te aplicó la medicina que necesitabas y te sacó de la desesperación en que se encontraba tu alma, y además sabrás por qué has sido afligido y bendecirás a Dios por la disciplina que recibió tu vida con tal fondo de experiencia y utilidad.
 "El Dios de toda consolación nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios." (2 Corintios 1:3, 4.)
"Dios no nos consuela para que vivamos una vida cómoda, sino para que seamos un consuelo para otros". Dr. Jowett.
 Fuente: MANANTIALES EN EL DESIERTO

viernes, 16 de agosto de 2013

¿Me conoce a mí?



Oswald Chambers
Agosto 16
¿Me conoce?
"A sus ovejas llama por nombre", Juan 10:3


Lamentablemente, ¿cuándo lo he interpretado mal a Él? (ver Juan 20:11-18). Es posible conocer toda la doctrina y, sin embargo, no conocer a Jesús. El alma de una persona está en grave peligro cuando el conocimiento de la doctrina supera a Jesucristo, evitando la comunión íntima con Él. ¿Por qué lloraba María Magdalena? Para ella la doctrina no significa más que la hierba que pisaba. Cualquier fariseo podría haberse mofado de ella por su doctrina, pero de lo que nunca se hubiera podido burlar era del hecho de que Jesús la había liberado de siete demonios (ver Lucas 8:2). Y, aun así, las bendiciones del Señor no eran en nada comparadas con el privilegio de conocerlo a ÉL. Dicho esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí; "pero no sabía que era Jesús... Él le dijo: ¡María!..." Tan pronto la llamó por su nombre, ella supo que tenía unas vivencias del pasado con Aquel que le había hablado. "Volviéndose ella le dijo: ¡Raboni! Que significa: “Maestro”".
¿Cuánto he dudado tercamente? (Juan 20:24-29). ¿He tenido alguna duda acerca de Jesús? ¿Tal vez con respecto a una experiencia de la cual otros dan testimonio, pero yo aun no he vivido? Le dijeron, pues, los otros discípulos: ¡Hemos visto al Señor! Sin embargo, Tomás dudó y dijo: "Si no veo... no creeré". Él necesitaba el toque personal de Jesús. No sabemos cuándo han de venir sus toques, pero cuando llegan son indescriptiblemente preciosos. Entonces, Tomás respondió y le dijo: "¡Señor mío y Dios mío!"
¿Cuándo lo he negado por egoísmo? (Juan 21:15-17). Pedro negó a Jesucristo con maldiciones y juramentos. A pesar de eso, después de la resurrección Jesús se le apareció a él únicamente. Lo restauró en privado y después frente a los demás. Y Pedro le dijo: "Señor... tú sabes que te quiero". ¿Tengo un historial personal con Jesucristo? La única señal cierta del discipulado es la comunión íntima con Él; un conocimiento de Jesús que nada puede conmover.

martes, 13 de agosto de 2013

Jesús...eres todo lo que necesito...

Hola, hoy quiero dejarles este vídeo que está muy bonito, espero que les sea tan agradable y edificante como a mí. Saludos!!!



miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Vives bajo la gracia?


GRACIA Y RESPONSABILIDAD

by Gary Wilkerson | August 5, 2013
Tengo un sistema por defecto en operación, un reflejo que se pone en movimiento cada vez que no cumplo el estándar en mi caminar con el Señor. Estoy hablando de mi tendencia a volverme a las obras en lugar de a la increíble gracia de Dios para restablecer mi posición con Él.

Creo que la mayoría de nosotros tenemos tal sistema, ésta es la razón por la cual Pablo enfatiza acerca de la gracia de Dios repetidamente a través de todo el Nuevo Testamento. Carta tras carta, el hace énfasis en la suficiencia de la gracia para nuestra correcta relación con el Señor.

Sin embargo, ese sistema por defecto (el impulso de volver a las obras para compensar nuestras fallas) está constantemente en operación en nosotros. ¡La razón por la cual predico la gracia tan a menudo es porque la necesito! A veces mi iglesia debe pensar que exagero, porque la gente me dice: “Sé que estoy bajo la gracia, pero, ¿Cuál es mi responsabilidad?”. Esa es una buena pregunta. En un pacto de gracia (uno en el cual Dios ha hecho todo lo requerido para nuestra salvación) ¿Cuál es el rol nuestro? ¿Qué rol desempeñamos nosotros?

Para muchos de nosotros, el concepto de la gracia no tiene ningún poder en nuestra vida diaria. Sabemos que Dios ha impartido sobre nosotros regalos preciosos y costosos en Su Hijo y en el Espíritu Santo; por lo tanto, nosotros pensamos que no deberíamos ser imperfectos. Entonces, cuando fallamos, nos sorprendemos. No tiene lógica que todavía podamos ser horribles pecadores después de todo lo que Dios ha hecho por nosotros y nos lo imaginamos moviendo su cabeza con decepción.

Nos convencemos a nosotros mismos que podemos mejorar así que redoblamos nuestros esfuerzos de oración, de lectura bíblica y de actividades en el ministerio. Hacemos esto sabiendo muy bien que nuestras obras no hacen nada para ganar una correcta relación con Dios. ¿Realmente pensamos que lo que Dios quiere de nosotros son más obras? ¿Dos horas de oración en lugar de una? ¿Él realmente nos quiere más ocupados?

Solo dos cosas resultan de estos esfuerzos por salvarnos a nosotros mismos. En primer lugar, evitamos confrontar nuestra pecaminosidad. En segundo lugar, y mucho peor, nos privamos de beber del profundo pozo de la gracia de Dios. Pablo enfrenta este dilema en las primeras etapas de la iglesia, cuando los cristianos de Galacia trataron de agradar a Dios a través de las obras de la ley, Pablo los confrontó: “¡Oh gálatas insensatos! ¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?” (Gálatas 3:1-2) Pablo estaba preguntando: “¿Realmente piensan que pueden mejorar lo realizado en la cruz”