Isaías 9:6

"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".

Efesios 2:8

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios"

Salmos 19:1

"Los cielos cuentan la gloria de Dios,Y el firmamento anuncia la obra de sus manos."

Juan 6:68

"Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna".

Apocalípsis 1:8

"Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso".

viernes, 31 de mayo de 2013

Una fe cimentada en su Palabra


LA FE DEBE ESTAR CIMENTADA EN LA PALABRA

by David Wilkerson 
La preocupación de Dios es que su pueblo está siendo sacudido en su fe y que éste no confiará en Él en su tiempo de crisis. Amados, nuestro peor pecado es nuestra falta de voluntad para creer que Él va a hacer lo que prometió. Y eso le ofende más que el adulterio, la fornicación, las drogas y el abuso del alcohol o cualquier otro pecado de la carne.

Su Palabra dice: "El Señor sabe librar de tentación a los piadosos" (2 Pedro 2:9). "Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir." (1 Corintios 10:13).

Estos versos o son parte del evangelio o son mentiras. Si son parte del evangelio entonces debemos posicionarnos en ellos. Dios quiere que seamos capaces de decir: "Señor, si me muero permaneciendo y confiando en que tú me ves en medio de cualquier circunstancia, entonces déjame morir en la fe. Vivo o muerto, soy tuyo".

No se preocupe por los vientos y las olas del infierno que apuntan hacia usted. No importa todo lo que venga contra usted. Nuestro Dios dice que Él es capaz de y sabe cómo liberarle.

Dios tiene el propósito de que usted y yo tengamos toda la alegría, la paz, la victoria y el descanso en nuestro caminar. Él está buscando hombres y mujeres que se levanten en contra de lo que vendrá en esta época oscura, siervos que se levantarán con calma y paz porque Cristo mora en ellos.

Dios desea que usted pueda entrar en ese lugar de confianza. Él quiere que usted nunca más sienta miedo, sino que verdaderamente descanse en su poder y capacidad. Él sabe cómo le librará de todas las trampas, pruebas y tentaciones, si usted así lo desea, si solamente confía en Él.
 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Para cuando sientes que has fracasado...


CONSIDERA LOS FRACASOS

by David Wilkerson | May 28, 2013


¿Consideras que Moisés era un fracaso? ¡Difícilmente! Él fue a Israel lo que Washington y Lincoln juntos fueron para América y aun más. Pero mira de cerca la vida de este gran legislador. Su carrera comenzó con un asesinato, seguido de cuarenta años escondiéndose de la justicia.

Moisés era un hombre con temor e incredulidad. Cuando Dios lo llamó para sacar a los israelitas de la esclavitud, él suplicó: “nunca he sido hombre de fácil palabra…porque soy tardo en el habla” (Éxodo 4:10). Toda su vida Moisés deseó entrar en la Tierra Prometida, pero sus fracasos le impidieron entrar. Aun así, en Hebreos 3:1-2, Dios compara la fidelidad de Moisés con la de Cristo. Los fracasos de Moisés no le impidieron entrar al Salón de los Campeones de Dios.

Generalmente pensamos en Jacob como el gran guerrero de oración que luchó con el ángel del Señor y prevaleció. Sin embargo, la vida de este hombre estaba llena de evidente fracaso. Cuando joven Jacob engañó a su padre ciego con el fin de robar la herencia de su hermano. Despreciaba a su esposa Lea mientras alimentaba un gran amor secreto por su hermana, Raquel. Él no aceptaba su responsabilidad como esposo.

Aquí tenemos a un hombre atrapado en una telaraña de engaño, robo, infidelidad y poligamia. Sin embargo, todavía adoramos al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

El Rey David, un poderoso guerrero y cantante de salmos, se deleitaba en la ley del Señor, y se presentaba como un hombre justo que no se encontraría entre pecadores. Sin embargo, que chocantes son las debilidades de este gran hombre. Tomando a Betsabé de su esposo Urías, envió a ese hombre inocente a la muerte al ponerlo en la primera línea de batalla de su ejército. El profeta Natán declaró que este doble pecado les dio una gran oportunidad a los enemigos del Señor para blasfemar.

Imagina al gran rey de pie junto al ataúd de su hijo ilegítimo muerto, una esposa robada a su lado, y un mundo lleno de enemigos que maldecían a Dios a causa de sus pecados tan notorios. Sin embargo, Dios llamó a David “un varón conforme a su corazón” (1 Samuel 13:14).

Si estás desanimado por tus fracasos, tengo buenas noticias para ti. Nadie está más cerca del reino de Dios que el hombre o la mujer que puede mirar la derrota a los ojos, enfrentarla, y pasar a una vida de paz y victoria. A pesar del fracaso, ¡Sigue avanzando! Es frecuentemente después de un fracaso que un hombre hace su obra más importante para Dios.

viernes, 24 de mayo de 2013

¡No dudes del amor de Dios!


ESTE POBRE CLAMÓ

by David Wilkerson | May 24, 2013
En el primer verso del Salmo 51, leemos que David apela a las misericordias tiernas y perdonadoras de Dios: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones”.

David sabía qué hacer: “Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias” (Salmos 34:6). “Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias” (Salmos 34:17).
Amado, ésta es tu victoria sobre el pecado: La confianza absoluta de que no importa cuán doloroso haya sido tu pecado o tu caída, tú sirves a un Señor que está listo para perdonar, ansioso para sanar y posee más misericordia hacia ti que la que puedas necesitar.

El diablo viene a ti y te dice: “¡No! Si tú te sueltas tan fácilmente, caerás de vuelta al pecado”. Él te hará sentir miserable, indigno de levantar tus manos para alabar a Dios o aun de leer Su Palabra.
Pero, he aquí tu arma: Clama como David, con todo tu corazón. Anda a Dios y dile: “Señor, Tú me amas. Sé que estás listo para perdonarme. ¡Lo confieso!”.

En ese mismo instante, has arreglado cuentas con Dios. No tienes que pagar por tu pecado. Dios te ama tanto que dio a Su Hijo, quien ya pagó por ello. Un abogado misericordioso y amoroso anhela ayudarte y librarte: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).

Mi pequeña nieta quería caminar encima de un muro bajo de concreto. Mientras la sostenía por detrás, ella trató de sacudirse de mi mano. La dejé ir y eventualmente se cayó (sin herirse). Cuando cayó, no la sermoneé diciendo: “Mira lo que has hecho ¡Ya no eres mía!”.

El Señor me dijo: “David, tú le das tanto amor a esta niña, pero no me permites a mí, amarte de la misma manera. Te llenas de orgullo por tus hijos, ¡pero no dejas que yo haga lo mismo en favor tuyo!”.
¡La Biblia dice que Dios se complace en Sus hijos!

martes, 21 de mayo de 2013

Esperando en Dios...


ESPERANDO EN ÉL

by David Wilkerson | May 21, 2013


El mandato del profeta Samuel al Rey Saúl fue: “…bajarás delante de mí a Gilgal… hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer” (ver 1 Samuel 10:8). ¡La única responsabilidad de Saúl era esperar! Dios quería oír a Saúl decir: “Dios guarda Su palabra, nunca ha caído a tierra ni una sola palabra de la boca de Samuel. Dios dijo que debo esperar instrucciones y esperaré”.

Pero el orgullo opina: “No creo que Dios lo haya dicho en serio. Quizás oí mal”. En lugar de afirmarnos en la Palabra de Dios, comenzamos tratando de descifrar las cosas a nuestra manera. Sobre nuestras camas, de madrugada, decimos: “Señor, así es como veo que esto pueda hacerse”. Es pecado hacer algo lógico y razonable cuando esto no es una palabra clara de dirección de Dios. Si quieres demostrarle algo a Dios, demuestra que esperarás pacientemente a que Él actúe.

“Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho…ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó” (1 Samuel 13:11-14).

Saúl esperó siete días, pero esa espera era inmunda. Él estaba impaciente, molesto, temeroso y caprichoso. Debemos esperar con fe, creyendo que Dios se ocupa de nosotros y nos ama, que Él estará ahí en Su tiempo. Este tema de esperar es tan importante que debemos ver unas Escrituras para demostrarlo.

“Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación” (Isaías 25:9).
“Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera” (Isaías 64:4).

sábado, 18 de mayo de 2013

¡Salvemos nuestra casa!


 "Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe". Hebreos 11:7

Hoy de camino al trabajo leía este pasaje, que sabemos viene en ese hermoso capítulo 11 del libro a los Hebreos que habla de la fe que debe haber en una persona para alcanzar lo prometido por Dios, pero me detuve un instante y pude entender algo más: debo salvar mi casa.

Amado hermano y hermana en Cristo que has tenido la bendición de tener hijos (uno, dos, cinco, no sé cuántos), ciertamente esta porción de la Escritura nos insta a tener fe en Nuestro Señor, estoy de acuerdo, pero si nos centramos en el verso que escribo al inicio, nos daremos cuenta de varias cosas.

1 - Noé fue advertido de cosas que sucederían; tu y yo sabemos qué sucedió después: el diluvio que destruyó a todo ser humano que no estaba con Noé en el arca.

2 - Noé, al estar enterado de lo que pasaría, con temor preparó el arca que brindaría protección para sí y para los suyos, no se detuvo a considerar si lo anunciado por Dios realmente sucedería o no, le creyó a Dios y se dispuso a trabajar.

Ahora te explico lo que yo entendí al leer el verso:

1 - El Señor Jesús nos dejó serias advertencias de lo que sucedería en los tiempos finales (podemos leer Mateo 24, por darte un ejemplo) y sabemos que nos ha tocado vivir precisamente esos tiempos; por todos lados vemos violencia, destrucción, el ser humano pervirtiéndose más, los hijos son dejados al olvido, Dios brilla por su ausencia en los hogares, ciudades, países; ¡no hay quien busque a Dios!, y esas advertencias son muy serias hermano(a), no caigamos en el error de minimizarlas.

2 - Debemos proceder igual que Noé; con temor debemos actuar para salvar nuestra casa; no hermano(a), ya no debemos construir un arca, para nosotros el arca es Cristo, ¿podrías construir una mejor? ¡Claro que no! Pero debemos andar con mucho temor, cuidando a nuestros hijos, instruyéndoles, encaminándoles a Jesús, confiando, perseverando, creyendo, TENIENDO FE. La obra es de su Santo Espíritu, nosotros no podemos convertir a nuestros hijos, pero en lo que nos toca, debemos perseverar en el temor del Señor.

Que Dios nos ayude hermano(a), te mando un fuerte abrazo en el amor del Señor.

¡Saludos!


miércoles, 15 de mayo de 2013

Un Dios libertador...


EL HIMNO DE VICTORIA

by David Wilkerson | May 15, 2013



¡Los hijos de Israel estaban en una situación imposible!

El Mar Rojo estaba delante de ellos, las montañas a su izquierda y su derecha, y Faraón con sus carros de hierro se acercaban por detrás. El pueblo de Dios parecía desamparadamente atrapado, como presa fácil esperando ser cazada. Sin embargo, lo creas o no, Dios deliberadamente los había conducido a este lugar precario.

Había pánico en el campamento de Israel. Los hombres temblaban de miedo, y las mujeres y los niños lloraban mientras se agrupaban alrededor de los abuelos y otros parientes. De repente, Moisés fue rodeado por airados jefes de familia que gritaban: “¡Sin duda este es el fin! ¿No había suficientes sepulcros en Egipto para enterrarnos allí? ¿Tenias que sacarnos hasta aquí para morir? Te dijimos en Egipto que nos dejes tranquilos. ¡Era mejor ser esclavos allí que morir en este miserable desierto! “ (Ver Éxodo 14:10-12)

Me pregunto si incluso Moisés tuvo un momento de turbación acerca de sus circunstancias. Sin embargo, cuando este hombre de Dios clamó, el Señor parece haberle reprendido: “¿Por qué clamas a mí?” (Éxodo 14:15).

¡Nadie en Israel podía imaginarse la gran liberación que Dios iba a traer! De repente los vientos separaron el mar, y las personas caminaron en medio de las olas divididas en tierra seca. Cuando faraón y su poderoso ejército trataron de seguirlos, las aguas comenzaron a embravecer otra vez, rodeándolos y ahogando a todos!

Qué espectáculo debe haber sido cuando el pueblo de Dios se dio vuelta a mirar desde el otro lado y vio a su poderoso enemigo destruido como soldaditos de plomo. Entonces, una canción se elevó en el campamento cuando se dieron cuenta, una vez más, que Dios los había librado de circunstancias imposibles. La Escritura registra su reacción y la canción que cantaron:

"Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré." (Éxodo 15:1-2).