sábado, 13 de abril de 2013

Si estás en aflicción, Cristo es tu consolación...


Hoy de camino al trabajo leía la 2da carta a los Corintios, y en cuanto empecé a leer los versos que dejo líneas abajo(capítulo 1, versos 3 al 5), recordé que tengo hermanos y hermanas en Cristo que de una u otra manera están teniendo aflicción en su caminar, a quienes les quiero decir algo: Amado hermano y hermana, no haya en ti pensamiento alguno de desánimo ni de desesperanza, lee este pasaje, en el cual el Señor da a entender que el cristiano verdadero tiene aflicción; cierto, el estar dentro de una prueba dura es muy difícil, pero lee, lee muy bien amado lo que dice al final del verso 5: Cristo es nuestra consolación, ¡hermosa consolación herman@! El mundo sufre, busca consuelo en todas partes y de momento lo hayarán (sólo por un tiempo), pero, ¡tú tienes a Cristo! ¡Él está ahí a tu lado, para ofrecerte consolación! Ve a Él, habla con Él, deja tus cargas en Él; sí, todo se resume en una sola palabra y en una sola Persona: Él.

Ánimo amado hermano y hermana, que Dios te guarde.


 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 
Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 


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