Isaías 9:6

"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz".

Efesios 2:8

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios"

Salmos 19:1

"Los cielos cuentan la gloria de Dios,Y el firmamento anuncia la obra de sus manos."

Juan 6:68

"Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna".

Apocalípsis 1:8

"Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso".

martes, 30 de abril de 2013

¡No traeré deshonra a mi Dios! ¡Confiaré!


CRISTIANOS DESNUDOS

by David Wilkerson | April 30, 2013

          
“Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos” (Éxodo 32:25) La palabra hebrea usada aquí para desenfrenado es “para”, que significa “desnudarse, relajarse, exponerse, echar fuera toda restricción.” También significa “un nuevo comienzo.” Los israelitas estaban diciendo: “Las cosas no están sucediendo como deberían. Estamos cansados ​​de esta batalla, cansados de esperar en Dios, y ahora vamos a disfrutar. ¡Fuera con lo viejo! ¡Queremos una nueva libertad, un nuevo comienzo y lo queremos ahora!”

Desnudez en la Biblia también tiene que ver con no tener escudo para la batalla. Todo hombre que no tenía su escudo se consideraba desnudo. Estos israelitas estaban literalmente desnudos: desvestidos y bailando ante el becerro de oro, incluso habían depuesto también su armadura.

¿Puedes imaginar a sus enemigos, los amalecitas, mirando esta escena salvaje desde las montañas aledañas? Los amalecitas una vez temblaron apenas divisaron a Israel. Dios había puesto un terror en los corazones de ellos hacia Su pueblo, pero ahora veían a Israel quitarse su armadura y despojarse de sus prendas. Los amalecitas estaban burlándose y riéndose de ellos: “¡Mira, ellos son como nosotros! Su Dios no tiene poder, ellos no confían en Él. ¿Ves? Están desechando todas sus costumbres estrictas. Quieren lujuria, fiesta y juego al igual que el resto de nosotros. ¡Vaya santidad! ¡Qué hipocresía!”

En ese solo acto de desenfreno, Israel menospreció a su Dios ante los ojos de los impíos. Hicieron que el Señor pareciera como despiadado, cruel, insensible, impotente. Ellos mancharon Su honor, Su majestad, Su omnipotencia. Dejaron de ser un ejemplo para el mundo.

Y eso es exactamente lo que hacemos cuando nos despojamos de nuestras vestimentas de fe y dejamos de lado nuestra confianza en Dios. ¡Sin confiar en Dios como un niño, el cristiano queda desnudo ante el mundo, expuesto a todas las dudas, temores e incredulidad!

lunes, 29 de abril de 2013

Loca fe...


LOCA FE

by Gary Wilkerson | April 29, 2013

¿Sientes que Dios está a punto de desatar algo tremendo en tu vida? Tal vez Él ha hablado a tu corazón: “He preparado algo especial para ti. Pronto entrarás en un caminar conmigo que nunca has conocido antes.” Tal vez tu vida ya ha sido grandemente bendecida por Dios. Ahora el Espíritu Santo está diciendo que Su promesa de tiempos antiguos está a punto de llegar a su pleno cumplimiento, y te dejará pasmado. Si esto describe tu vida en este momento, puedo decirte con la autoridad de la Escritura: Prepárate para examinar tu corazón.

La siguiente parte es lo que yo llamo experimentar "una loca fe." Loca fe es creer que no importa cuán buenas las cosas sean, lo mejor está por venir. Es una fe que dice: “Por mucho que soñamos y hacemos grandes cosas para el reino de Dios, Su visión es siempre mayor.” Lo que el Señor ha hecho en la breve existencia de la iglesia que pastoreo ha superado mis expectativas. No pasa una semana sin que alguien entregue su vida a Jesús. Siempre que distribuimos alimentos a los pobres, muchos de los receptores preguntan, “¿Por qué están haciendo esto?" Respondemos: “Es Jesús”, y ellos entregan su vida a Él.

Todo está sucediendo milagrosamente. En tres años, nuestra iglesia ha crecido de tres parejas, a cerca de 1.500 personas los domingos. Los nuevos creyentes están madurando rápidamente y convirtiéndose en discípulos fieles, creciendo en el conocimiento de Dios.

Dios no sólo supera nuestras expectativas, nos está mostrando cuáles son sus expectativas, y nos deja pasmados. Todavía hay un cuarto de millón de personas en nuestra área solamente que no conocen a Cristo, y el año pasado el Señor nos movió a plantar dos nuevas iglesias.

Aquí está la parte más loca de todas: Creo que las cosas más grandes están aún por venir. Estoy convencido de que Dios se revelará aún con más fuerza, no sólo en salvaciones sino también en alcance, en ayudar a los pobres, en impactar a la ciudad.

Suena increíble, ¿verdad? Por supuesto que sí. Pero ahora viene la parte difícil. Es precisamente en este punto que Dios pide a su pueblo a que examinen sus corazones.

Somos conscientes de que nuestra justicia es como trapos de inmundicia, de que necesitamos de Su gracia. Pero el hecho es que, justo cuando estamos listos y al borde de la mas grande obra de Dios en nuestras vidas, Él nos invita a reflexionar sobre las siguientes preguntas: “¿Hay algo en mi corazón que no le agrada al Señor? ¿He dejado de hacer algo que él me ha pedido?” ¡No quiero tener nada en mi vida que impida lo que Dios quiere hacer!

sábado, 27 de abril de 2013

La amistad en la familia

Qué importante es la amistad al interior de la familia, de hecho, Dios establece a la amistad como algo importante para que cada miembro que conforma a la familia tenga en su propia casa todo el afecto que necesita y no haya necesidad de buscar en otro lado.

Te invito a que escuches este audio para que te des cuenta de la relevancia que tiene la amistad, después de ello podrás evaluarte y determinar si tú eres un amigo en tu casa, es decir, si los demás miembros de la familia tienen en ti a un amigo.

"El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; 

Y amigo hay más unido que un hermano". 
Proverbios 18:24


viernes, 26 de abril de 2013

¡Escuchemos a Nuestro Señor!


DETENTE Y ESCUCHA

by David Wilkerson | April 26, 2013

Me pregunto si el Señor se llega a cansar de que sus hijos vengan a Su presencia pero ni una sola vez se detengan para escuchar. Nada es más vacío y vano que una comunicación unidireccional. Intenta escuchar a alguien unas cuantas horas sin poder tú decir una sola palabra. Te quedas con un sentimiento de soledad. La persona que “descargó todo su interior” se aleja sintiéndose mejor, pero el pobre oidor queda vacío.

¿Cuántas veces hemos dejado al Señor en el lugar secreto, solo y vacío? Corremos a Su presencia, exclamando: “¡Te alabo, Jesús!¡Te amo, Jesús! Toma, aquí tienes mi lista de compras y mis tarjetas de sanidad. Amén”. ¿Cuántas veces habrá estado Él dispuesto y ansioso de abrir su propio corazón para hablarnos, cuando de pronto, ya no había nadie?

Si oramos durante una hora, hablamos durante una hora. Si oramos durante varias horas, hablamos durante varias horas. Si oramos toda la noche, hablamos toda la noche; millones de voces hablando y alabando. He dedicado toda una vida de predicación, tratando de hacer que la gente ore. Ahora entiendo que ése no ha sido el problema. El verdadero problema ha sido dejar solo, vacío, al Salvador en el lugar secreto de oración, sin haber podido decirnos una sola palabra.

Dejamos ese lugar de oración habiendo descargado nuestros corazones. Le contamos de nuestras esperanzas, nuestros sueños y nuestros deseos. Dejamos ese lugar santo de oración con una mente satisfecha. Sin embargo, nuestro Señor seguía ahí, esperando con gran anticipación, anhelando compartir en dicha comunión. Creo que nuestro Señor dice: “Sí, sí, gracias por tu alabanza. La acepto. Estoy tan contento de que te hayas tomado el tiempo de encerrarte conmigo. He oído tu petición y el Padre te concederá el deseo de tu corazón. Pero por favor, ¡espera! No te vayas justo ahora. Quiero compartir contigo algunas cosas. Mi corazón anhela descargarse contigo. He guardado tus lágrimas. He calmado tu mente atribulada. Ahora, ¡déjame hablar! Déjame decirte lo que está en Mi corazón”.

Nuestro Señor Jesús quiere hablar. Él quiere hablarnos de lo que está quebrantando Su corazón en nuestra generación. Él quiere hablar a cada uno de sus hijos acerca del plan precioso que Él tiene para todos los que en Él confían y revelarles verdades gloriosas. Él quiere darnos instrucción para nosotros y ayuda para criar a nuestros hijos; soluciones para nuestros problemas; nuevos ministerios y campañas de evangelismo que salvarán a los perdidos; palabras específicas concerniente a trabajos, carreras, casas, compañeros en la vida; verdades acerca del cielo, del infierno y de las calamidades venideras. Principalmente, Él quiere hablarnos acerca de cuánto Él ama y cuida a los suyos.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
 

miércoles, 24 de abril de 2013

El yugo de Jesús


Una IDENTICA ruta, Un mismo DESTINO y Una misma CARGA

Buen día a todos!, hoy les quiero contar algo que me ha servido mucho, hace poco mi pastor lo explicaba de un modo muy ilustrativo y hoy lo entiendo mejor, ya que Dios me ha llevado a practicar este versiculo en mi vida diaria.



29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
    30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
MATEO 11:29 Y 30

iEmpecemos por entender cómo es que Jesús hablaba a la gente en su epoca, esto era a través de parabolas, el significado de parabola es una narración alegórica con fin de enseñanza, esto era como ejemplificarles en lo fisico aquello que es espiritual.

Aqui vemos que habla de un yugo, pero¿quienes usan yugos y qué son los yugos?, el yugo es un instrumento de madera al cual formando yunta, se unen por el cuello o cabeza a los bueyes, el efecto del yugo es unir estrechamente a dos animales haciéndolos compartir una IDENTICA ruta, un mismo DESTINO y llevar una misma CARGA.

En la vida práctica, alguien que sabe como manejar a estos animales, sabe que debe unir en ese yugo al buey mas experimentado junto con un buey joven e inexperto, ya que el buey experimentado transmitirá toda su experiencia al buey joven, pues en la ganadería se sabe que el carácter del buey es voluntarioso, agresivo y no se deja dominar fácilmente, entonces imaginen que pasaría si ponen a dos bueyes inexpertos juntos, se la pasarían peleando para ir cada uno a un lugar diferente o distrayéndose los dos fácilmente cuando vieran algo atractivo en su camino.

La tarea del buey experimentado es doblegar al buey joven hasta lograr el fin que tiene el yugo, esto es compartir una IDENTICA ruta, un mismo DESTINO y llevar una misma CARGA, ahora imaginemos nuevamente al buey experimentado teniendo que lidiar con el buey joven, forcejeando con el para que aunque esté cansado siga caminando, aunque vea hierba suculenta en el camino, no se detenga a comerla, aunque haga calor o frío cumplan con la meta establecida del día y así, día a día hasta que el buey joven aprende a que no se hace lo que el quiere sino cumplir el propósito por el cual está ahí.

Ahora en lo espiritual, que nos habrá querido decir Jesús con yugo FACIL y carga LIGERA, creo que entendiendo lo natural, queda mas claro lo espiritual ¿no creen?, Jesús es el  experimentado que nos invita a nosotros a unirnos con el, para que El nos pueda compartir esa ruta idéntica, que nos llevará a un mismo destino compartiendo la misma carga.  ¿que es esa ruta, ese destino y esa carga?.

NUESTRA RUTA: es el camino por el cual debemos andar, que es el camino de la santidad, negación, gozo y plenitud en El.

NUESTRO DESTINO: es llegar a donde El dijo que se adelantaría a prepararnos moradas, o sea el cielo, estar siempre en su presencia, el lugar donde no habrá mas llanto, ni mas tristeza ni mas dolor y donde viviremos eternamente con aquel que nos amó y lo dio todo por nosotros.

NUESTRA CARGA:  como El nos dijo, Toma tu cruz y sígueme, nuestra carga es esa cruz, el negarnos a nosotros mismos, darnos por los demás vivir piadosamente, viviendo como dice1era de Corintios 13 eso es en amor  sufrido, benigno, sin envidia, no jactancioso, no envanecido, no buscando lo nuestro,no irritado ni guardando rencor, un amor que n ose goza de la justicia mas se goza de la verdad un amor que todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta y un amor que NUNCA DEJA DE SER.

Se lee un tanto complicado ¿no?, pero ¿que creen? ejemplo tenemos, El mismo puso en practica este amor cuando dejó todo por venir a la tierra y dar su vida en sacrificio por nosotros, pues......
 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Juan 15:13

pues...... y El no lo hizo por sus amigos, sino por sus enemigos! NO HAY MAYOR AMOR QUE EL DE JESÚS!!!!
Ahora El te dice nuevamente, por que mi yugo es fácil y ligera mi carga..... ¿quieres ponerte mi yugo? Yo estaré contigo en el camino, cuando te canses Yo te sustentaré, cuando tengas hambre yo te proveeré, cuando tengas miedo Yo te fortaleceré, cuando ya no puedas mas Yo lo haré por ti, sólo recuerda, MI YUGO ES FACIL Y LIGERA MI CARGA.

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Perseverar en la enseñanza a los niños


Creo que en cada grupo de los niños en la escuela dominical hay algunos que nos parece que no cambian a pesar de todo lo que intentamos hacer, a pesar de todo el esfuerzo y todo nuestro amor por ellos. Pero Dios puede cambiar todo tan radicalmente que a nosotros nos queda solo sorprendernos. Dios puede tocar el corazon del niño mas terrible, que a nadie le hacia caso, en el momento mas inesperado...
Perseverar

Una joven maestra de una escuela dominical, reunía cada semana a los niños de uno de los barrios más pobres de una ciudad industrial de Escocia. Ella lo hacía con todo su corazón.
Entre los niños que asistían el domingo, Bob era verdaderamente el más turbulento e indisciplinado; era imposible llevar a cabo una actividad con él.
Después de soportarlo mucho, de haber intentado todo y sin saber qué más hacer, la joven maestra decidió despedir a Bob y prohibirle definitivamente la entrada a las clases bíblicas.
Un creyente amigo de la joven, que estaba enterado de lo que sucedía, intervino en favor de Bob y consiguió que la maestra le permitiera asistir una vez más, la última, a la clase del domingo siguiente.
Bob, ese día, aunque tenía una apariencia tan dura, fue tocado por el mensaje de la gracia. En él se operó un rápido cambio y, al cabo de algunas semanas, se convirtió en el alumno más asiduo y atento del grupo.
Pasó el tiempo y Robert Morrison — pues se trataba de él — se sintió llamado por Dios a servir como misionero en China. Este siervo de Dios tradujo la Biblia a ese idioma tan complicado para nosotros y fue así el medio escogido por Dios para llevar su Palabra a toda esa vasta parte del mundo.
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás... Como tú no sabes cuál es el camino del viento... así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas. Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno” (Eclesiastés 11:1, 5-6).

viernes, 19 de abril de 2013

La fe es nuestra victoria...¡ánimo!


ESTA ES LA VICTORIA

by David Wilkerson | April 19, 2013

"Y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe." (1 Juan 5:4).

¿Has fracasado? ¿Hay un pecado que te asedia fácilmente? ¿Te sientes como un cobarde debilitado, incapaz de obtener la victoria sobre un pecado secreto? Pero junto con esa debilidad en ti… ¿Hay también un hambre por Dios que te consume? ¿Lo anhelas, lo buscas? Esa hambre y sed es la clave de tu victoria. Eso te hace diferente de todas las otras personas que han sido culpables de fallarle a Dios. Eso te pone aparte. Debes mantener viva esa hambre. Mantén tu sed de justicia. Nunca justifiques tu debilidad, nunca cedas a ella, y no la aceptes como parte de tu vida. 

La fe es tu victoria. Abraham tenía debilidades, mintió, casi transformó a su mujer en adúltera. Pero Abraham “creyó a Dios, y le fue contado por justicia.” ¡Dios se negó a mantener ese pecado contra él, porque creyó! 

De seguro has fallado. Tal vez ayer, ¡o incluso hoy día mismo! Pero, ¿Crees que Jesús tiene el poder para finalmente liberarte del poder del pecado? ¿Crees que la cruz de Jesús significa que la esclavitud del pecado se ha roto? ¿Aceptas el hecho de que Él ha prometido librarte de las trampas de Satanás? 
Déjame decirte exactamente donde creo que está la victoria. Deja que tu corazón acepte todas las promesas de victoria en Jesús. Luego deja que tu fe le diga a tu corazón: “Puede que todavía no sea lo que quiero ser, pero Dios está obrando en mí, y Él tiene el poder de soltar las garras del pecado sobre mí. 

Puede que sea poco a poco, pero llegara el día cuando la fe vencerá. No seré un esclavo para siempre. No soy títere del diablo y no voy a ser su víctima. Soy un débil niño de Dios, queriendo la fuerza de Jesús. Voy a salir como oro puro refinado en el fuego. ¡Dios es por mí! Me encomiendo por completo aquel que es poderoso para guardarme sin caída y presentarme sin mancha delante del trono de Dios, con gran alegría.”

Prisioneros de esperanza


 “…sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:3b-5)

El cristiano es un prisionero de esperanza. En esperanza fuimos salvos. El Dios que ha prometido darnos vida eterna y un lugar en el reino de su amado Hijo así ha dispuesto que  vivamos en este mundo mientras nuestra salvación se manifiesta: reos de la esperanza. La esperanza permanece mientras no veamos lo prometido, pues andamos por fe y no por vista. Dado que la espera del cristiano es un asunto de paciencia –o una esperanza prolongada–, bueno sería preguntarnos qué estamos esperando.
A veces pensamos que nuestros anhelos se conforman a la voluntad de Dios, pero bastan unas cuantas tribulaciones para darnos cuenta de lo que equivocados que estamos. El apóstol Pablo tenía claro qué esperar: “por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. (Romanos 5:2).
Cuán fácil es perder de vista el asunto medular de nuestra espera, que es ver la gloria de Dios y no solamente a futuro, sino también mientras peregrinamos en esta tierra. Dios quiere que se fije en nuestro corazón esta verdad sin importar las circunstancias que nos envuelvan. Si nuestra esperanza es ver cambiar nuestra situación presente y ver mejores vientos soplar en nuestras vidas, entonces estamos errando el tiro. La Biblia nos explica mejor todo esto. Los mejores ejemplos siempre están en ella.
Si Moisés hubiese tenido su esperanza en ver a toda la nación que sacó de Egipto entrar en la tierra prometida, ciertamente fue avergonzado pues sólo dos personas llegaron allá; pero su esperanza siempre fue glorificar a Dios aún después de entender que él tampoco entraría en Canaán.
Si Elías hubiese tenido su esperanza en ver a todo Israel convertido a Dios, ciertamente fue avergonzado pues en todo el pueblo sólo había siete mil que no doblaron sus rodillas ante Baal; pero su esperanza era glorificar a Dios, fuera haciendo poderosos milagros o teniendo que huir de la mano de quienes buscaban su vida.
Si Juan el Bautista hubiese tenido su esperanza en salir de la prisión para predicar otra vez, ciertamente fue avergonzado, pues nunca salió de ahí y murió preso; pero su esperanza era glorificar a Dios, fuera predicando y bautizando, o preso por reprender el pecado.
Si Pablo hubiese tenido su esperanza en vivir siempre de misionero, ciertamente fue avergonzado pues no siempre se le concedió, pues varios años de su vida los vivió encerrado; pero su esperanza era glorificar a Dios en cualquier condición, tal como él dijo: “conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Filipenses 1:20-21).
Ejemplos abundan, pero lo que importa es que nuestra esperanza esté bien fundada, que tengamos bien orientada la brújula. No somos nosotros los que determinaremos nuestro rumbo, pero si el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo entonces podremos vencer cualquier obstáculo.
Que el anhelo de ver la gloria de Dios por sobre todas las cosas, y el glorificarlo a nuestro paso por este mundo, envuelva nuestros corazones y Él nos de su gracia para proseguir. Cuando el pueblo de Dios deje el alma en esto, entonces Él hará.
“Pero la salvación de los justos es de Jehová, y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los librará; los libertará de los impíos, y los salvará, por cuanto en él esperaron.” (Salmos 37:39-40)

Fuente: Prisioneros de esperanza

lunes, 15 de abril de 2013

No améis al mundo





 “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:15-17).
La Biblia es el libro divino. Dios nos ha dejado en la Biblia la guía para dirigir nuestras vidas y encontrarle a él. Entre los muchos sabios consejos y mandamientos que nos da encontramos el texto que hemos citado en el cual se nos dice algo claro: no améis al mundo.
Por alguna razón Dios le dio a este mandamiento el título de ‘nuevo mandamiento’. Desde  el versículo 8 se nos dice lo siguiente: “Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.” y luego da el mandamiento: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.”
Este nuevo mandamiento será importante entenderlo para vivir como a Dios agrada.
¿Qué es el amor al mundo?
Empecemos entendiendo a qué se refiere el apóstol Juan, inspirado por el Espíritu Santo, cuando se refiere al ‘mundo’. Se nos dicen dos cosas: 1.- No amar al mundo. 2.- No amar las cosas que están en el mundo. ¿Qué significa esto?
La palabra que se traduce como ‘mundo’ es la palabra griega kósmos que en el contexto del pasaje anterior se refiere a varias cosas: “Las cuestiones mundanas; el conjunto de cosas terrenales o materiales, como las riquezas, los beneficios, los placeres, etc., que aunque son huecas, endebles y pasajeras, estimulan los deseos, seducen a los hombres para apartarse de Dios y son obstáculos a la causa de Cristo”.1
El llamado de Dios es a no tener nuestra herencia o nuestras metas en este mundo, pues este mundo pasará y todas las cosas que obtengamos son pasajeras y en cualquier momento pueden terminar. La fama, la gloria, las riquezas y los placeres te apartarán de Dios porque no provienen de Dios, sino de esta generación pecadora que es ajena a Dios y por lo tanto es hostil al evangelio.
El rey David lo expresaba de la siguiente manera: “Libra mi alma de los malos con tu espada, (…) de los hombres mundanos, cuya porción la tienen en esta vida…(Salmos 17:13, 14). Hay quien tiene su todo en esta vida, pero la Biblia enseña que hay otra después y cada persona elegirá dónde vivirla: en el cielo o en el infierno.
Las cosas que están en el mundo
El pasaje de 1 Juan desglosa ‘las cosas que están en el mundo’ en tres aspectos: los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Analicemos cada uno.
Deseos de la carne y deseos de los ojos
Agustin de Hipona
Algunas religiones, en especial el catolicismo, se han encargado de promover el ascetismo como una virtud y como algo necesario para ‘purificar’ el espíritu. El ascetismo es una doctrina que enseña la abstinencia de los placeres corporales2 y desde el punto de vista de algunos pensadores católicos permite limpiarse del pecado y acercarse más a Dios. Tenemos entonces a personajes como San Antonio Abad, que llevaba un vida austera en exceso, o Agustín de Hipona, que condenaba el placer sexual y aún dentro del matrimonio lo consideraba un pecado. Pero no es esto a lo que la Biblia se refiere con los “deseos de la carne” y “deseos de los ojos”.
La traducción de la Biblia al inglés, la versión King James (KJV), nos da una idea más amplia del concepto “deseos”. La KJV traduce la palabra griega epithumia como “concupiscencias”. Es importante entender que nuestro cuerpo tiene deseos; así nos creó Dios. Los deseos no son pecado. El deseo por la comida, el deseo sexual, el deseo de dormir, etc. son deseos que responden a necesidades de nuestro cuerpo. El problema surge cuando estos deseos los sacamos de control y nos gobiernan, a esto la Biblia le llama concupiscencias.
Concupiscencias hay muchísimas. Cualquier deseo fuera de control se vuelve una concupiscencia y por lo tanto llevan a las personas a pecar. Dentro de los pecados que se cometen por obedecer los deseos de la carne encontramos los siguientes: glotonería, fornicación, lujuria, lascivia, pereza, ira, etc. Dentro de los pecados que se cometen por obedecer los deseos de los ojos tenemos a la codicia, la malicia, la inmundicia, etc.
En pocas palabras, Dios nos está llamando a vivir gobernados por su Palabra, no por nuestras concupiscencias. No somos animales para vivir guiados por instintos, somos seres creados a la imagen y semejanza de Dios. El apóstol Pablo nos deja clara esta idea cuando dijo: No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;” (Romanos 6:12). “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna. (1 Corintios 6:12).
Vanagloria de la vida
Juan de Valdés Leal, Finis gloriae mundi (1672). Seville, Hospital de la Caridad
“Sic transit gloria mundi”, o “Así pasa la gloria de este mundo”. Cuenta la historia que cuando un general romano regresaba triunfante de una campaña, debía previamente solicitar autorización al Senado para entrar en Roma al frente de sus tropas; permiso que le era concedido, o no, según sus méritos y sus influencias políticas.
Si el permiso le era denegado, debía licenciar sus Legiones antes de entrar en la península itálica, y solo podía ingresar acompañado de una reducida escolta personal; el desconocimiento de esta disposición, era interpretada como un intento de golpe de estado y de inmediato se comisionaban tropas para enfrentar la amenaza.
Pero si el permiso le era concedido, el general hacía una fastuosa entrada triunfal al frente de su ejército, vestido con sus mejores galas y haciendo exhibición de los trofeos, tesoros y prisioneros capturados, testimonios todos de su gloria, y recibiendo orgullosamente los vítores y aclamaciones de la multitud.
En el mismo carro de guerra en que desfilaba el general iba también un esclavo, que sostenía sobre su cabeza una corona de laurel y que, periódicamente, le susurraba al oído “Sic transit gloria mundi”; la gloria del mundo es pasajera.3
La frase también se usaba de antaño durante la ceremonia de coronación de nuevos papas, en donde en cierto momento un monje interrumpe el acto, muestra unas ramas de lino ardiendo y cuando se han consumido dice: “Sancte Pater, sic transit gloria mundi” (Santo Padre, así pasa la gloria del mundo) recordando al Papa que a pesar de la tradición y la grandilocuencia de la ceremonia, no deja de ser un mortal.4
No por nada la Biblia le llama vanagloria de la vida, o gloria hueca e inútil. Ya lo decía Salomón: “Comer mucha miel no es bueno, ni el buscar la propia gloria es gloria.”(Proverbios 25:27). Como la miel termina empalagando y asqueando, así también las personas se fastidian de buscar su propia gloria.
En el mundo antiguo los valores mundanos podrían resumirse en poder, gloria y riquezas; hoy en día las cosas no han cambiado mucho. Quizás ya no se libran batallas como las de Alejandro Magno o las Cruzadas, pero las personas siguen buscando su propia gloria en lo que tienen a mano. El conjunto de placeres y deseos de nuestra era sigue seduciendo a los hombres para apartarse de Dios y servirse a sí mismos.
La gloria verdadera y el propósito de la vida
Aunque el mundo niegue que hay vida después de esta no por eso cambia la realidad. No es la vida presente el lugar para guardar nuestro tesoro, pues el mundo pasa y sus deseos.   Este mundo se va a acabar, como dijo el apóstol Pedro: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!” (2 Pedro 3:10-12). Siendo esto así, las palabras de Pablo deberían resonar en la cabeza de todo ser humano: “el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia;” (Romanos 2:6-8).
La Biblia es más que clara al dejar por sentado cuál es el verdadero propósito de esta vida. La verdadera gloria es conocer a Dios el Padre y a su Hijo Jesucristo.
“Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jeremías 9:24)
“para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.” (1 Corintios 1:31)
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3)
Todo aquel que busca su felicidad en este mundo está condenado a no encontrarla. Buscar la gloria en este mundo es como querer encontrar una pera en un manzano. Bien haríamos en reflexionar en la conclusión que da el autor del libro de Eclesiastés, cuando se dedicó a inquirir cual era el propósito de la vida del hombre:
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles; antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.” (Eclesiastés 12:1-8)

* Nota: Tomado en su totalidad de: Una fe racional

1. Strong’s, Concordancia Exhaustiva de la Biblia

sábado, 13 de abril de 2013

Si estás en aflicción, Cristo es tu consolación...


Hoy de camino al trabajo leía la 2da carta a los Corintios, y en cuanto empecé a leer los versos que dejo líneas abajo(capítulo 1, versos 3 al 5), recordé que tengo hermanos y hermanas en Cristo que de una u otra manera están teniendo aflicción en su caminar, a quienes les quiero decir algo: Amado hermano y hermana, no haya en ti pensamiento alguno de desánimo ni de desesperanza, lee este pasaje, en el cual el Señor da a entender que el cristiano verdadero tiene aflicción; cierto, el estar dentro de una prueba dura es muy difícil, pero lee, lee muy bien amado lo que dice al final del verso 5: Cristo es nuestra consolación, ¡hermosa consolación herman@! El mundo sufre, busca consuelo en todas partes y de momento lo hayarán (sólo por un tiempo), pero, ¡tú tienes a Cristo! ¡Él está ahí a tu lado, para ofrecerte consolación! Ve a Él, habla con Él, deja tus cargas en Él; sí, todo se resume en una sola palabra y en una sola Persona: Él.

Ánimo amado hermano y hermana, que Dios te guarde.


 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 
el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 
Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. 


viernes, 12 de abril de 2013

¿Has decidido que el pecado muera en tí?


La decisión moral con respecto al pecado
"Sabiendo esto, que nuestro Viejo Hombre fue crucificado juntamente con él?, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado", Romanos 6:6

Crucifixión con Él. ¿Ya tomaste la siguiente decisión con respecto al pecado: que debe morir completamente en ti? Se necesita mucho tiempo para llegar a una decisión moral acerca del pecado. Sin embargo, cuando decides que debe morir en ti, es el momento más grande de tu vida. No simplemente refrenarlo, reprimirlo o contrarrestado, sino que muera crucificado, de la misma manera como Jesucristo murió por el pecado del mundo. Nadie puede llevar a otra persona a esta decisión.
Podemos estar mental y espiritualmente convencidos, pero lo que realmente necesitamos es llegar a la decisión a la que Pablo nos exhorta en este pasaje.
Anímate, toma un tiempo a solas con Dios y adopta esta importante determinación. Di: "Señor, identifícame con tu muerte hasta que sepa que el pecado está muerto en mí". Toma la decisión moral de que el pecado en ti debe morir.
Esta no era una expectativa divina del futuro por parte de Pablo, una experiencia muy radical y definitiva en su vida. ¿Estás preparado para permitir que el Espíritu de Dios te examine hasta que sepas cuál nivel y la naturaleza del pecado en tu vida, o sea, lo que hay en ti lucha contra el Espíritu? Si tu respuesta es afirmativa, entonces ¿vas a estar de acuerdo con el veredicto de Dios sobre la naturaleza pecaminosa: que se debe identificar con la muerte de Jesús? No puedes considerarte muerto al pecado (Romanos 6:11), a menos que hayas enfrentado radicalmente delante de Dios este asunto de tu voluntad.
¿Ya participaste del glorioso privilegio de ser crucificado con el Señor hasta que todo lo que quede sea la vida de Cristo en mi carne y sangre? "Con Cristo estoy juntamente crucificado y ya no vivo yo, mas Cristo en mí", Gálatas 2:20.

jueves, 11 de abril de 2013

¡Sometamos nuestras vidas al Señor!


EL SEÑORÍO DE CRISTO

by David Wilkerson | April 11, 2013
Aquellos que se someten al señorío de Cristo incrementan su fuerza y conocimiento de Dios. Ellos literalmente ganan nuevas fuerzas mental y físicamente. Ellos no desmayan en el camino porque Jesús derrama su propia fortaleza en ellos sobre la marcha.
"Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y comprensión espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad "(Colosenses 1:9-11).
Dios guardará sin mancha a los que se someten a su señorío hasta el día de la venida de Cristo. Si nos sometemos a Jesús, haciendo lo que Él manda, no apoyados en nuestro propio entendimiento, nunca nos faltará nada. Él suplirá todo lo que necesitamos para agradarle. ¡El Señor mismo nos va a mantener y nos va a sostener irreprensibles hasta el fin!
"Que en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; así como el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros, de manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo: el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor "(1 Corintios 1:5-9 ).
Tenemos que confiar nuestras vidas al cuidado de Jesús. Entonces será Su responsabilidad sostenernos y mantenernos: "Pero el Señor es fiel, y él los mantendrá a ustedes firmes y los protegerá del mal" (2 Tesalonicenses 3:3). Él dice: "Si me mantienes entronizado en su corazón, yo te mantendré sin mancha hasta mi venida. ¡Yo voy a evitar que caigas!" "sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues él nunca les fallará." (1 Pedro 4:19b). 

miércoles, 10 de abril de 2013

Reflexiones sobre la fe, George Muller - III


Los siguientes lineamientos ayudarán al creyente a consolidar su fe:

1. Lee cuidadosamente la Palabra y medita en ella. A través de la lectura de la Palabra de Dios, y especialmente a través de su meditación, el creyente se informa sobre la naturaleza y el carácter de Dios. Además de la santidad y de la justicia de Dios, percibe que Él es un Padre sumamente amable, amoroso, clemente, misericordioso, poderoso y sabio. Por tanto, en pobreza, aflicción, muerte de seres queridos, dificultad en el servicio, o necesidad financiera, el creyente descansará en la habilidad de Dios para ayudarle. Ha aprendido por la Palabra que Dios es omnipotente en poder, infinito en sabiduría, y que está dispuesto a ayudar y a liberar a Su pueblo. Leer la Palabra de Dios, y meditarla, es un excelente medio para fortalecer la fe.

2. Tenemos que mantener un corazón recto y una buena conciencia y no debemos consentir, a sabiendas o de manera habitual, las cosas que son contrarias a la mente de Dios. ¿Cómo podría continuar actuando con fe si contristara al Señor y no le diera toda la gloria y la honra que le es debida? Toda mi confianza en Dios y toda mi dependencia de Él, desaparecerían en la hora de la tribulación si yo tuviera una conciencia culpable y continuara todavía en el pecado. Si yo no puedo confiar en Dios debido a una conciencia culpable, mi fe se ve debilitada. Con cada nueva prueba, la fe crece al confiar en Dios y recibir Su ayuda o decrece por no confiar en Él. Un hábito de intentar depender de uno mismo es derrotado o promovido. Si confiamos en Dios, no confiamos en nosotros mismos, ni en nuestros semejantes, ni en las circunstancias, ni en ninguna otra cosa. Si efectivamente confiamos en una o en algunas de estas cosas, entonces no confiamos en Dios.

3. Si deseamos que nuestra fe sea fortalecida, no deberíamos rehuir las oportunidades en las que la fe pudiera ser probada. Mientras más estoy en una posición para ser probado en la fe, más tendré la oportunidad de ver la ayuda y la liberación de Dios. Cada nueva instancia en la que Él me ayuda y me libra, incrementará mi fe. El creyente no ha de rehuir las situaciones, posiciones, o circunstancias en las que su fe pudiera ser probada, sino que debería abrazarlas alegremente, como oportunidades para ver la mano de Dios extendida para ayudar y liberar. Su fe se verá así fortalecida.

4. El último punto importante para el fortalecimiento de nuestra fe es que dejemos que Dios obre por nosotros y no intentemos una autoliberación. Cuando llega una prueba de fe, estamos naturalmente inclinados a desconfiar de Dios y a confiar en nosotros mismos, en nuestros amigos o en las circunstancias. Preferiríamos realizar una autoliberación que mirar simplemente a Dios y esperar Su ayuda. Pero si no esperamos pacientemente la ayuda de Dios o si intentamos realizar una autoliberación, entonces, en la siguiente prueba de nuestra fe, tendríamos el mismo problema. Nuevamente estaríamos inclinados a intentar liberarnos según nuestros medios. Con cada nueva prueba, nuestra fe decrecerá. Por el contrario, si permaneceos firmes para ver la salvación de Dios, y confiamos únicamente en Él, nuestra fe aumentará. Cada vez que vemos la mano de Dios extendida en favor nuestro en la hora de la tribulación, nuestra fe se ve incrementada aún más. Dios demostrará Su disposición para ayudar y para liberar en el momento perfecto.

Se pueden utilizar principios escriturales para vencer las dificultades en los negocios o en cualquier llamamiento terrenal. Los hijos de Dios, que son forasteros y peregrinos en la tierra, deben esperar tener dificultades en el mundo, pues aquí no están en casa. Pero el Señor nos ha provisto con promesas en Su Palabra, para hacer que triunfemos sobre las circunstancias. Todas las dificultades pueden ser vencidas actuando conforme a la Palabra de Dios.