“La
justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones”
Proverbios
14:34
Si con todo detenimiento se leyera, si
con toda sinceridad se estudiara, cada persona que llega a leer este sólo
versículo de la Biblia, puede entender la razón por la cual nuestro amado país
sufre de tantas cosas (injusticia social, pobreza, deterioro de las familias,
jóvenes alcohólicos, prostitución, borrachera, robo, avaricia, opresión social,
etc); claro, esta es la razón: nuestro país no es justo, y esto por la simple
razón de que no conoce a Dios, y Él por lo tanto, jamás ha visitado a México
con su Santo Espíritu.
¿Que México no conoce a Dios? Tal
vez puedas tú decir eso, quizás preguntes: ¿pero cómo es posible que eso sea
cierto cuando somos un gran número de personas que profesa la religión que el
Señor estableció? Simplemente basta hacer un simple razonamiento: si en México
se profesan (o se profesaran las enseñanzas del Señor Jesús), si en nuestro
país se conoce a Dios y se le obedece en todo y se tiene la certeza de que la
religión oficial es la verdadera, entonces, ¿por qué nuestro país sufre todo lo
anterior? ¿No contradice lo que a diario vemos y conocemos en las noticias a
las enseñanzas del Señor?
Verdaderamente, no hay razón para
pensar que en México se hace la voluntad de Dios. Cierto, hay sin fin de
religiones, incluyendo la oficial, pero es solo cuestión de hacer un poquito de
ejercicio mental y concluir una cosa: ¿pasarían todas estas cosas si las
personas comprendieran en su totalidad los mandamientos de Dios? ¡Claro que no!
Es simple, veámoslo con los siguientes
ejemplos:
-
¿Habría
robos en nuestro país si las personas llevaran a cabo el mandamiento de no codiciar
los bienes de los demás?
- ¿Habría
tanto alcoholismo en la nación si se conociera que la borrachera es pecado y
que es algo que Dios de manera constante manda no hacer?
-
¿Habría
adulterios y prostitución en el país si las personas entendieran que basta una
mirada codiciosa para cometer adulterio delante de Dios?
- ¿Habría
tanto homicidio si se supiera que basta un enojo desmedido contra otra persona
para que el Señor lo tome como un asesinato?
- ¿Habría
tanto ladrón –en todos los niveles- si
se comprendiera lo que quiere decir No robarás?
- ¿Habría
tanto joven descarriado si los padres supieran que Dios pide instruir a los
hijos en justicia y en obediencia?
- ¿Habría
tanta mujer adúltera si los varones llevaran a cabo el mandamiento de amar a
sus esposas?
- ¿Habría
tanto varón borracho y adúltero si las mujeres supieran que Dios les manda
respetar a sus esposos y a estar sujetas a ellos?
¿Se
pisotearían los derechos de los estudiantes y se les oprimiría de manera tan
brutal como se ha visto en los últimos días?
- ¿Las
personas harían burla, escarnio, crítica destructiva de sus gobernantes si
entendieran que Dios manda que se les respete sin importar si son buenos o
malos?
Créeme, la lista puede
crecer, podría ocupar decenas de hojas para seguir describiendo situaciones que
pasan en nuestro país por no conocer a Dios, esto es verdad, pero ¿sabes? A
pesar de tanta evidencia, las personas prefieren seguir creyendo y pensando que
todo está bien, y se la pasan defendiendo a su religión, no importa que no les
aporte nada bueno para sus vidas.
¿Que en nuestro país
hay personas que viven de una manera muy buena y moralmente aceptable? Claro
que las hay, pero eso no significa nada para Dios, puesto que su Palabra enseña
que es solamente Él quien puede hacer que las personas vivan de una manera
totalmente agradable a su persona, y esto se logra solo a través de la obra
redentora que el Señor Jesús vino a hacer en la cruz del Calvario, porque la
Biblia enseña que todas las buenas obras que las personas llegan a hacer, pero
sin Dios, son como trapos sucios en su misma presencia.
Cierro con la simple
reflexión que resultaría de leer y entender el versículo de nuestro tema:
“Si México fuera
justo, si practicara la justicia, Dios lo engrandecería, lo diferenciaría de
los demás países, pero por cuanto no lo es, es una vergüenza delante de las
demás naciones”
Conclusión.
Que
Dios nos lleve y conduzca, a todos quienes habitamos este país, a conocer,
entender y practicar su Sana Doctrina.
Saludos…
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