lunes, 11 de agosto de 2014

El perdón

El perdón es la liberación de una obligación pendiente, una deuda, una ofensa, una pena; es la eliminación total de la causa de un delito. Perdonar es entregar, quitar, cancelar, desechar lo que daña, lastima, duele, molesta.
Todos llegamos a ofender, todos hemos sido ofendidos, y por consecuencia, todos necesitamos pedir perdón y perdonar.

Jesucristo nos dejó muchas enseñanzas sobre cómo perdonar y por qué perdonar:

“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;” Mateo 6:14

Ofender contra perdonar.

Es muy fácil ofender a nuestros semejantes pero, es muy difícil enmendar la ofensa, por eso, Dios en su Palabra no aprueba al que ofende y no perdona.

“Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale” Lucas 17:3

“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta 7?” Mateo 18:21

Si Dios nos dejó el mandamiento de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y en lugar de amarles les ofendemos, en lugar de amarles y servirles les negamos el perdón, ¿a quién ofendemos más? Ofendemos a los hombres ¡y caemos en total ofensa a Dios!

“y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos” Lucas 6:31

¿Quién no necesita perdón?

Si le pedimos perdón a Dios, ¿Él nos perdonará? ¡Claro que sí!

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9

¿Pero, en qué  actitud debemos ir a Dios para que  nos  pueda perdonar?   ¡En una actitud  de sincero arrepentimiento, avergonzados de ofenderle cada vez que ofendemos a alguien!

“aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” Isaías 1:17

¿Por qué debemos perdonar al que nos ha ofendido?

¿Qué pasa si no perdonamos? ¿Cómo vivirá alguien a quien violaron sexualmente y no ha podido perdonar? ¿O alguien que sufrió una infidelidad de su cónyuge y no ha perdonado? Alguien que ha sufrido la pérdida de un ser querido que le mataron, ¿cómo vivirá si no ha perdonado a los asesinos de su familiar? ¿Cuánto será el sufrimiento?

¡El dolor de su corazón quizá resentido, dolido, con rencores o hasta quizá con odio en lo más profundo de su corazón! Y no lo puede sacar… ¡porque no ha perdonado!

¿Qué pasa si no perdonamos o si no pedimos perdón? ¿Estaremos bien?
¡Qué diferentes serían nuestras vidas si de verdad pidiéramos perdón y también perdonáramos de corazón! No como aquel que dice “yo perdono, pero nunca olvido”; ¿tendrá paz tal persona?

Mucha gente cuando repite la oración del Padre Nuestro, sin darse cuenta realmente de lo que dice, deja salir de sus labios la siguiente frase: “…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…”

¿¡Estaremos así cumpliendo lo que dejó como enseñanza para dirigirnos a Él!? Y si no perdonamos, ¿acaso nos oirá?

“Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía.  Así también mi Padre Celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermanos sus ofensas” Mateo 18:34-35

Si una persona muere sin haber perdonado una deuda, una ofensa, una agresión, un desprecio, una traición; cuando muera y sea presentada ante la presencia de Dios, ¿será perdonada por Él? Y si no le perdona, ¿a dónde será enviada? ¿Al cielo? ¿Al infierno? ¡Por supuesto que al Cielo no entrará! ¡Ahora entendemos lo grave que es no perdonar!


“No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; PERDONAD y seréis PERDONADOS” Lucas 6:37

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Autor: Sr. Salvador M.
¡Gracias por su contribución a este blog!

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