El perdón es la liberación de una obligación pendiente, una
deuda, una ofensa, una pena; es la eliminación total de la causa de un delito.
Perdonar es entregar, quitar, cancelar, desechar lo que daña, lastima, duele,
molesta.
Todos llegamos a ofender, todos hemos sido ofendidos, y por
consecuencia, todos necesitamos pedir perdón y perdonar.
Jesucristo nos dejó muchas enseñanzas sobre cómo perdonar y
por qué perdonar:
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial;” Mateo 6:14
Ofender contra perdonar.
Es muy fácil ofender a nuestros semejantes pero, es muy
difícil enmendar la ofensa, por eso, Dios en su Palabra no aprueba al que
ofende y no perdona.
“Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele;
y si se arrepintiere, perdónale” Lucas 17:3
“Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré
a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta 7?” Mateo 18:21
Si Dios nos dejó el mandamiento de amar a nuestro prójimo como
a nosotros mismos, y en lugar de amarles les ofendemos, en lugar de amarles y
servirles les negamos el perdón, ¿a quién ofendemos más? Ofendemos a los
hombres ¡y caemos en total ofensa a Dios!
“y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced
vosotros con ellos” Lucas 6:31
¿Quién no necesita perdón?
Si le pedimos perdón a Dios, ¿Él nos perdonará? ¡Claro que
sí!
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 1 Juan 1:9
¿Pero, en qué actitud
debemos ir a Dios para que nos pueda perdonar? ¡En una actitud de sincero arrepentimiento, avergonzados de
ofenderle cada vez que ofendemos a alguien!
“aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado,
haced justicia al huérfano, amparad a la viuda” Isaías 1:17
¿Por qué debemos perdonar al que nos ha ofendido?
¿Qué pasa si no perdonamos? ¿Cómo vivirá alguien a quien
violaron sexualmente y no ha podido perdonar? ¿O alguien que sufrió una
infidelidad de su cónyuge y no ha perdonado? Alguien que ha sufrido la pérdida
de un ser querido que le mataron, ¿cómo vivirá si no ha perdonado a los
asesinos de su familiar? ¿Cuánto será el sufrimiento?
¡El dolor de su corazón quizá resentido, dolido, con
rencores o hasta quizá con odio en lo más profundo de su corazón! Y no lo puede
sacar… ¡porque no ha perdonado!
¿Qué pasa si no perdonamos o si no pedimos perdón?
¿Estaremos bien?
¡Qué diferentes serían nuestras vidas si de verdad
pidiéramos perdón y también perdonáramos de corazón! No como aquel que dice “yo
perdono, pero nunca olvido”; ¿tendrá paz tal persona?
Mucha gente cuando repite la oración del Padre Nuestro, sin
darse cuenta realmente de lo que dice, deja salir de sus labios la siguiente
frase: “…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden…”
¿¡Estaremos así cumpliendo lo que dejó como enseñanza para
dirigirnos a Él!? Y si no perdonamos, ¿acaso nos oirá?
“Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que pagara
todo lo que le debía. Así también mi
Padre Celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su
hermanos sus ofensas” Mateo 18:34-35
Si una persona muere sin haber perdonado una deuda, una
ofensa, una agresión, un desprecio, una traición; cuando muera y sea presentada
ante la presencia de Dios, ¿será perdonada por Él? Y si no le perdona, ¿a dónde
será enviada? ¿Al cielo? ¿Al infierno? ¡Por supuesto que al Cielo no entrará!
¡Ahora entendemos lo grave que es no perdonar!
“No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados;
PERDONAD y seréis PERDONADOS” Lucas 6:37
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Autor: Sr. Salvador M.
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